3 mar 2012

y aún te echo de menos.

Lo piensas una y otra vez, y te das cuenta de que es verdad. No te lo puedes creer, pero estas en lo cierto. Ahora lo sabes. Otra duda se adentra en tu mente, después de haberlo perdido todo, ¿que te queda? ¿que harás ahora?
Te desvaneces, te caes en mil pedazos, junto a los de tu corazón. Nunca nadie había conseguido hundirte tanto hasta llegar a tal punto de querer morir. No puedes salir corriendo, no puedes quedarte encerrada en casa porque su imagen aparece en todos lados, incluso cuando cierras los ojos intentando evadirte del mundo. No comes, porque te ha quitado las ganas de todo, y no duermes porque las lágrimas que recorren tu rostro te lo impiden. El tiempo en el que todo era bueno, perfecto, sobrepasaba lo perfecto, sonrisas que acababan en besos... Quieres que regrese esa sensación de bienestar y complicidad. Había ganado la partida, nunca lo pensé, no me di cuenta y el corazón le había ganado a mi mente. No dejaba que pasara eso nunca, era una chica fuerte. Fuerte hasta ahora. Hasta el momento que desplomaste mi mundo solo diciendo: Me voy. Dos monosílabos, simples palabras, cortas, pero con resentimiento, simples pero efectivas, efectivas para que yo comenzara ha llorar sin parar, para que yo comenzara a romperme, a sentirme sola y abandonada.
Aquí, has dejado los pétalos perdidos de mi corazón.


1 comentario:

  1. ...los pétalos perdidos de mi corazón.
    Espléndido. Me ha encantado, buenísima entrada :)

    Te espero, Laura! http://imaginaydesea.blogspot.com

    ResponderEliminar