21 abr 2012

El viento.


Como en un suspiro lo exhaló, se lo entregó al viento que corría por su ventana aquel invierno. Creía que podía, se podría decir que hasta se sentía fuerte, aunque en realidad era débil. Se sentía la persona más patética del mundo muchas veces, en realidad siempre. Hacía caso omiso a las malas críticas de la gente, si le importara lo que dijeran la destruiría por completo. La ventana solía dejarla abierta, esperando que el viento respondiera lo que ella una vez le susurró, porque no tenía a quien decírselo. Necesitaba descansar, así que se echó en la cama con la idea de que los sueños se abrieran paso en su mente y se acomodaran allí, aunque no creía ya nada, llevaba años sin dormir, esperando, siempre estaba esperando, no le importaba esperar toda la vida, pero tenía claro que no iba a morir sin recibir una respuesta del viento, de su amigo el viento que tanto la había acompañado invierno tras invierno, cuando nadie se preocupaba por ella, solo el viento. Su familia no se percataba de su ausencia a la hora de la cena, y los compañeros del instituto parecían no saber de su existencia, por lo que decidió dejar de estudiar para dedicar su vida a esperar. De todas formas a nadie le importó, y menos a ella, que basaba su vida en eso, lo mismo día tras día, noche tras noche, año tras año. Recuerdo cuando era pequeña, y lo tenía todo a su alcance. Las cosas cambiaron, quisiera o no quisiera admitirlo todo había cambiado desde el momento en el que él decidió dejarla. Pasó las noches en vela pensando en quién sería su mejor amigo entonces, pero pronto lo descubrió, gracias a la ayuda de su madre que tenía la manía de ventilar las habitaciones todas las mañanas, después ya no, después ya nadie entraba en su habitación, la dejaban sola, la dejaban hundida en una oscuridad que la rodeaba por completo, pero que por lo menos le hacía compañía en los peores días. Descubrió el poder del viento, que solo ha ella le parecía sorprendente. La forma de cómo silbaba y le susurraba cosas bonitas al oído, cosas que nunca nadie le había dicho. La forma de remover los árboles para devolverles la vida. La forma en la que se colaba por su ventana, dejando un estrépito frío que la helaba, pero que a la vez le encantaba. Le soltó al viento que le quería, que lo necesitaba, pero este no le respondía, por miedo, por egoísmo, quien sabe. 
Años después, llegó el día que ella tanto ansiaba desde su habitación, pero se sorprendió gratamente cuando descubrió que no era al viento a quien le había susurrado que le quería, era a él, era quien se fue, quien la abandonó, en realidad, él se pasó allí años, pensando en qué responder a eso, hasta que llegó a la conclusión de que no tenía decir mucho para expresar un sentimiento tan grande, le dijo "y yo", eso a ella le bastó, le bastó y le sobró. 
Esperaba en la soledad, sin saber que siempre había estado acompañada.



¿Muy largo? Bueno, a mi me gustó como quedó, un texto raro, pero me vino la inspiración y a escribir se dijo. Aunque sea largo, espero que os haya gustado y entretenido. Ya sabéis, dejadme comentarios, no hace falta que sean muy largos ni elaborados, solo algo, solo poned algo. A los que leen esto un beso muy grande! Espero que disfrutéis de mi blog.

1 comentario:

  1. Pues sí, a mí también me ha gustado :)
    Es raro, pero los textos raros a menudo son los mejores. Hay que buscarles el verdadero significado, no todo te lo tienen que dar masticado. A mí me ha encantado.

    Te espero en http://imaginaydesea.blogspot.com

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