29 oct 2013

¿Recuerdas que antes cada centímetro de tu cuerpo me pertenecía solo a mí?
¿Recuerdas esa noche caminando por los callejones nunca vistos de Roma?
¿Recuerdas cuando no éramos más que dos locos soñando con estar alguna vez bajo la Aurora Boreal con el frío calando hondo?
¿Recuerdas los paseos por carretera cantando a pleno pulmón Rock de los 70 dejándonos llevar por la necesidad de perdernos? 
¿Recuerdas los versos que tú inspirabas con solo una mirada? 
¿Recuerdas aquellos sábados cuando te colabas entre mis miedos y me los quitabas con un polvo?
¿Recuerdas que eras mi pilar?
¿Recuerdas que me querías (o eso decías)? 
¿Me recuerdas a mí, después de todo este tiempo?

Que parezco gilipollas escribiendo siempre sobre un desamor. Que yo debería dejar sobre el papel unas líneas de una historia bonita, no triste. Que yo no debería destruirme derrochando tinta en recuerdos que no volverán, yo debería aprender el significado del amor cada día contigo.

Cansa escribirte y que tú leas a otras.
Cansa que tu puta mente no te de un momento de paz.
Cansa que no sepa hacer otra cosa que recordarte.
Cansa dejarme la vida en echarte de menos.
Cansa tu indiferencia.
Cansa querer gritar mil cosas al silencio que dejaste cuando te marchaste. que dejó tu ausencia.
Cansa quererte.
Cansa pasar los inviernos sin tus brazos.
Por cansar, cansa todo.

Volveré para dejarme la vida aquí, ya sabes.



6 comentarios:

  1. Voy a empezar por lo que más hierro le quita al asunto. Un polvo es el mejor método que he visto para quitar miedos. ¿Dónde se contrata eso? JAJAJAJA

    Bromas a parte, por alguna razón cada verso ha sido como cuando clavas algo y, poco a poco, lo vas hundiendo más, como cada martillazo sobre la cabeza del clavo hasta que se hunde por completo en la madera. ¿Sabes lo que quiero decir? Y en especial, no es que en tan pocas palabras haya que descubrir y estudiar mucho, pero el "Cansa tu indiferencia" me ha provocado un martillazo de los fuertes. Ha sido como un "aaamén hermana". Yo y mi terminología a lo Whoopi Goldberg, porque yo lo valgo.

    Sigue así, porque aunque le escribas a quien sea, y él lea a otras, nosotros sí te leemos, y agradecemos que nos des esa grandiosa oportunidad.

    Te quiere,
    Yaiza.

    ResponderEliminar
  2. Estoy totalmente de acuerdo con la definición que ha dado Yaiza, es como meter un clavo e ir hundiéndolo cada vez más y más y dando más razones para que el clavo acabe en el fondo.
    Como que en cada "Plas" era más fuerte.. no sé como explicarlo. Lo que si que puedo decirte y jurarte es que hay una cosa que no cansa, y esa cosa, es leerte. De verdad, escribe más a menudo.

    Te admira,
    -Mir.

    ResponderEliminar
  3. Cómo me gustaría preguntarle si me recuerda después de todo este tiempo. Ojalá. Indiferencia... Ay, Lau. ¿Cómo sabes hacerme tan frágil? Con lo difícil que es superar ausencias, joder. Y te leo y es como un golpe seco en el lugar correcto para hacerme tambalear. Pero es que, me siento tan ella...

    Gracias por dejarme leerte una vez más.
    Me encanta. Me encanta que escribas haciendo que parezca tan fácil para después hacerme pensar.
    Ah... ¡Y me encantas!

    Lutz.

    ResponderEliminar
  4. Se nos hace difícil poder olvidar y recordar a esa persona que significó tanto en algún momento (y que sigue significando aunque no haya una comunicación de por miedo). ¿Se acordarán de todo lo que pasó? ¿O ya se olvidaron de lo bien que andábamos juntos?
    Duele que se olviden rápidamente.
    Besos y abrazos.

    ResponderEliminar
  5. Ay, Lau...qué difíciles son las ausencias. Qué jodidamente difícil se hace recordar. Sobre todo cuando los recuerdos son tan bonitos como esos: sexo, versos y rock&roll (¿algo más con lo que se pueda soñar?). Explícame cómo escribes tan bonito, y de esa forma que me llega tanto. Y es que leerte es como estar al lado de un fumador, quieras o no, algo estás inhalando, algo estás sintiendo. Y este humo tuyo no puede ser mejor.

    Te admira y quiere,

    Daw

    ResponderEliminar
  6. Sé qué se siente cuando le escribes a unos labios que ya no te sonríen a ti. Y cómo duele arrancarte las palabras de desamor del alma cuando en la garganta tienes ganas de volver a gritar "te quiero".
    Lo has escrito sublime, Lau. De verdad.
    Te admira,
    -y quiere abrazar-
    S.

    ResponderEliminar