8 may 2012

Atrapada.

Añorar lo que un día creíste que era firme pero que en realidad no era nada. ¿Perder el tiempo en eso? No sirve de nada, por propia experiencia puedo corroborarlo. Era una mañana cálida característica del verano que corría por esos tiempos, justo antes de los tristes días grises. Sentí la suave arena de playa bajo la entumecida planta de mis pies. Cada grano de arena contenía un sentimiento abarcado por la alegría y el amor. Los pájaros volaban sobre mi cabeza y, al intentar deleitarme observando lo libres que son, los fuertes rallos de son que incidían sobre el terreno, me lo impedían. Todas las personas de la localidad ocupaban hasta el más secreto oculto de aquel maravilloso y hermoso lugar. Comencé a andar hacia el mar, las olas rompían fuertemente sobre la orilla volviendo a hundirse en la sutileza del océano atlántico. Activé el oído con la intención de escuchar cada conversación de mi alrededor; para tapar mi desvergüenza ante aquella acción irremediable que tuve, cerré fuertemente los ojos, sellándolos con fuego, colocándome boca arriba sobre la arena para sentir de una forma más directa cómo todas las pequeñas gotas de mar envolvían mi espalda, recorriendo cada milímetro de mi interior. Relajé los hombros, aspiré aire puro y me dispuse a estar atenta a las palabras que brotaban con tranquilidad de las bocas de la gente. Cuando me percaté de que los que hablaban, eran cuerpos vacíos que, con el paso del tiempo, se llenaban de rabia y odio, fue demasiado tarde. El cielo azul se tiñó de un oscuro negro. Eso es lo que somos, almas condenadas por la sociedad a vagar sin rumbo por el camino llamado vida. Encontré tan descabellada esa idea que no me la tomé en serio, hasta que la nada se movió dentro de mí, provocando que me rindiera ante los brazos de los perdedores. Antes de que el mundo caiga sobre nosotros, debemos levantarlo. No todos están dispuestos a ello. Me asfixié, me consumí lentamente. Marioneta de algo que se intercambiaba y cruzaba expresiones con mi interior. Destruimos todo cuanto veíamos, por eso ahora, y para siempre, el sol no calentará ni alumbrará las calles, propinándonos y poniendo en marcha nuestras venas marchitadas con el tiempo; se ocultará tras las nubes. Me encontré atrapada, esa sensación ni ha cambiado ni ha mejorado.





Atrapada y custodiada, por algo que ni me va ni me viene.

4 comentarios:

  1. Ay, Laura, cuántas cosas me has cambiado. Pensaba que sólo el nombre de usuario, pero también la descripción del perfil y la cabecera. Por cierto, que esa foto me encanta jajaja

    La entrada me ha encantado, me he podido llegar a meter dentro, hasta el fondo. Pero repásalo, que he visto al menos un error de tecleo jajaja Cosas que pasan :)

    Muchas gracias por pasarte tan rápido, en serio. Lamento no haber estado por aquí antes, pero bueno, he estado algo desanimada... xD

    http://imaginaydesea.blogspot.com.es

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajaja bueno, espero que los cambios te hayan gustado :)
      cierto lo de los errores, lo corrige solo, pero ya esta todo solucionado jiji
      un beso <3

      Eliminar
  2. Madre mía, sin duda te metes de lleno en la situación que describes. El detalle de que en cada grano de arena bajo sus pies había un sentimiento de alegría y amor me ha encantado realmente. Escribes que da gusto, de verdad :) ♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. como escribo YO da gusto? entonces tu no me imagino, me encanta tu blog :)

      Eliminar